top of page

BÚSQUEDA POR TAGS: 

POSTS RECIENTES: 

SÍGUEME:

  • Facebook Clean Grey
  • Twitter Clean Grey
  • Instagram Clean Grey

Ver, oír y callar

  • Foto del escritor: Laboratorio Teconológico de Comunicación
    Laboratorio Teconológico de Comunicación
  • 10 ago 2016
  • 3 Min. de lectura

En Guatemala la tasa de desnutrición crónica en menores de cinco años es del 49.8 por ciento y el 52.8 % de habitantes viven en pobreza y pobreza extrema de la cuál el 30 por ciento es de origen Indígena datos presentados por el programa de la Organización de las Naciones Unidas, Unicef, publicados en Periódico La Hora (2016).

Las cifras de los problemas que más afectan a nuestro país tales como desnutrición y pobreza son cada vez mayores. Pero no se conocen a profundidad, si no es hasta que convives con las mismas y conoces como es esa “pobreza” de la que tanto hablan. Esto me sucedió cuando conocí a Adrián (2 años) Angélica (3 años) Kari (5años) Kelly (7 años) Jenny (9 años) Ronald (10 años) Jasón (13 años) Brenda (17 años) Juana (18 años) y Don Valentín quien con su ternura, sencillez y humildad hizo que se me erizará la piel desde el primero momento que conocí a su familia con la que iba a convivir durante un fin de semana y en la que hoy se convierte en una de las experiencias más gratas con las que Dios pudo bendecirme.

Cada uno de los 11 miembros de la familia, tenía características peculiares pero la voluntad, esfuerzo y actitud de superación son las cualidades perfectas para describir a cada uno de los miembros de la familia. Claro ejemplo es la más grande de los 9 hermanos, Juana quién está haciendo prácticas para graduarse de maestra de pre-primaria este año, y también juega un papel importante en la familia pues es el ejemplo de los demás niños. Por el otro lado el más pequeño, Adrián, alegraba la casa con sus sonrisas e inocencia y aunque no entendía el español pues el idioma madre de ellos es el Kak´chiquel su forma de ser les ponía más ternura a nuestros días.

El primer día nos recibieron con una taza de incaparina, un almuerzo de frijoles molidos a mano, torta de huevo y tortilla sin usar cubierto. Al segundo día el almuerzo que con mucha dedicación lo preparo la madre de la familia era caldo de rojo, platillo típico de Totonicapán y un vaso de agua gaseosa que hasta el día de hoy me pongo a pensar lo que sacrificaron para comprar esa botella y querernos agradar. La cantidad no tiene relevancia, pero el sacrificio que significa preparar esos alimentos que muy especialmente nos compartieron no tiene precio. Aprendí a quitar la maleza de la milpa, perfeccionar mi técnica de tortear, moler, sembrar y bajar limas desde lo más alto para jugar a la “cocinita”. Conocer la plaza del centro de Santa María Chiquimula con los mejores guías turísticos que pude tener, recorriendo a pie, más o menos 4 kilómetros hasta llegar al destino.


Fue un fin de semana en donde aprendí y me pude llenar de cosas más pequeñas pero que hacen estar agradecido con lo que tiene uno, luchar por mejorar y aportar a la sociedad.

Había tenido la oportunidad de visitar otros centros donde pude ayudar y estar más de cerca a la realidad guatemalteca, pero en definitiva esta fue la experiencia que más calo en mi vida hasta ahora y por la cual valoro más las cosas con las que Dios me bendice día a día.


Ver, oír y callar fueron las tres palabras que se me quedaron grabadas, al recibirnos y explicarnos acerca de la actividad. Y no es en realidad callar como tal, pero que ese “silencio” se convierta en “ruido” en la conciencia de cada uno de los que vivimos esta experiencia para hacer conciencia en nuestra rutina diaria y darle menos importancia a pequeños problemas a los que nos enfrentamos en nuestro diario vivir.


Comments


© 2023 por Secretos de Armario. Creado con Wix.com

  • b-facebook
  • YouTube - Black Circle
  • Instagram Black Round
bottom of page